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Bienvenidos al Blog del VI Congreso Internacional de Ordenamiento Territorial y Ecológico.
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martes, 1 de noviembre de 2011

VALLE DE GUADALUPE, BAJA CALIFORNIA
El Valle de Guadalupe se ubica a 25 Km al norte de la ciudad de Ensenada y a 85 Km al sur de la ciudad de Tecate, con una extensión de 66,353 hectáreas se localiza en la parte media de la cuenca hidrográfica que nace en Sierra Juárez. En el recorrido se tendrá oportunidad de observar el ecosistema tipo mediterráneo, con laderas dominadas por vegetación de chaparral en buen estado de conservación y planicies cultivadas con plantas introducidas. Además este sitio tiene una historia agrícola basada en cultivos de origen mediterráneo europeo, ya que es el único enclave del país con clima mediterráneo, propicio para el cultivo de vid, olivo, hierbas de olor y hortalizas adaptadas al ambiente de lluvias invernales y veranos secos, que ha permitido el desarrollo de un sector agroindustrial de importancia económica en la región y de imagen internacional para el estado de Baja California y el país, ya que se produce el 90% del vino nacional.
La región del Valle de Guadalupe se caracteriza por una marcada complejidad social y ambiental. Cuenta con una mezcla de atributos naturales e histórico-culturales y alberga información diversa que ha permitido el desarrollo de varias teorías sobre el proceso cultural de la península. Su belleza escénica, elementos culturales y su actividad vitivinícola le han dado reconocimiento internacional. Esta diversidad de paisajes propios de la región hace de este lugar de interés en términos ecológicos y atractivo para fines turísticos.
Actualmente el Valle está pasando por un proceso de desarrollo desordenado, común en las zonas agrícolas del país, lo cual favorece la desintegración cultural y ejerce presión sobre los recursos naturales. Asimismo, se presentan conflictos derivados de intereses económicos internos y externos por los diversos sectores económicos que compiten por sus recursos naturales, que por un lado, los presionan y los degradan, y por el otro, limitan su conservación y el aprovechamiento integral de los principales atributos que caracterizan al Valle de Guadalupe.

 VALLE DE LOS CIRIOS-CATAVIÑA, BAJA CALIFORNIA
El área de protección de flora y fauna del Valle de los Cirios (APFF-VC) está localizada en la parte central de Baja California, entre los 28° y los 30° de latitud norte. Forma parte del cinturón desértico del hemisferio norte con una precipitación pluvial promedio de aproximadamente 100 mm anuales. La gran extensión peninsular del APFF-VC que comprende una superficie de 2´521,776 ha y posee uno de los ecosistemas áridos más frágil y bien conservado del país.
En este recorrido se podrá observar la porción central de Baja California que contiene una variedad de plantas desérticas muy especial, entre las que destacan el cirio (Fouqueria columnaris), el cardón (Pachycereus pringlei) y el torote (Pachycornus discolor). Este escenario vegetal constituye el hábitat de la fauna característica del Desierto Sonorense, donde sobresalen las dos subespecies de borrego cimarrón (Ovis canadensis cremnobates y O. c. wemsii).
En el Valle de los Cirios domina una fisiografía accidentada de geoformas variadas. Las planicies y valles son pequeños en general, así como los terrenos con elevaciones mayores de 1500 msnm tienen extensión muy limitada. En la parte norte, entre los paralelos 29° y 30°, existe un altiplano alargado e irregular alineado centralmente con la Península. Los planos más notables del altiplano, yendo de norte a sur son los de Guayaquil, Cataviñá, Laguna Chapala y Valle de Santa Ana.
Una imagen característica del APFF-VC, sobre todo en los alrededores de Cataviñá, es la de cerros con dos coloraciones contrastantes: cimas oscuras y bases claras. Esto se debe a que están compuestos por de dos tipos de rocas, hacia la cima se encuentran rocas volcánicas y en la base las rocas graníticas. Lo que a su vez tiene influencia sobre las comunidades vegetales que los cubren que son igualmente contrastantes: mayor biomasa y riqueza vegetal en las bases en comparación con las cimas.
Por otra parte, en esta zona se encuentran los vestigios más antiguos de ocupación humana en la Laguna Seca Chápala y corresponden a campamentos temporales, asociados posiblemente a la cultura San Dieguito, de aproximadamente hace 10,000 años. Además, Cataviña es la única área de pinturas rupestres de fácil acceso. Está ubicada casi al pie de la carretera, La historia detrás de ellas es bastante incompleta ya que el arte rupestre sin otro contexto es uno de los vestigios más complejos de descifrar. La mayoría de las pinturas rupestres de la península se caracteriza por figuras enormes, en el caso de Cataviña solo se encuentran algunos símbolos geométricos muy coloridos, círculos concéntricos, soles, cuadrados, líneas, círculos, etc. que están muy sobreexpuestos. Están pintados en las paredes laterales y superior de una pequeña cueva. Sobresalen los colores rojo y amarillo. Posiblemente se relacionan arqueológicamente con el complejo Comondú. Grupos humanos que eran nómadas y sus medios de subsistencia eran la recolección de frutos, semillas, plantas, mariscos y la cacería.
Con estas características el área constituye un atractivo turístico natural con múltiples paisajes, sitios históricos, playas y pinturas rupestres. Estos atractivos se encuentran en diversas partes, pero no han sido manejados apropiadamente para lograr un desarrollo sustentable y adecuado de este enorme potencial. Cuenta con una infraestructura turística mínima; el agua y el combustible son muy limitados. Es una zona muy extensa, con una carretera troncal muy angosta y con muchos de sus tramos en malas condiciones. A pesar de estos inconvenientes, la zona tiene un número importante de visitantes que representan un flujo constante durante todo el año.

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